Durante un viaje de un mes a dos países que hablan nuestro idioma surgen numerosas anécdotas, hechos que llaman la atención al viajero proveniente de otra cultura, facilitadas por la sencilla comunicación que parte de una lengua común. También, queremos destacarlo, por la simpatía, amabilidad y sociabilidad de ticos y chapines. Pero vamos a empezar por el final del viaje, donde se produjo un hecho sorprendente, que fue la escala de la que no teníamos ni idea en el aeropuerto de San Salvador.
A la ida supimos al llegar a Ciudad de Guatemala que el avión proseguía hasta San Salvador, y supusimos que a la vuelta sería lo mismo, que vendría ya de la capital de El Salvador. Pero no fue así. Unas horas antes nos enteramos, para nuestra sorpresa.
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En el aeropuerto de San Salvador, de cuya terminal de llegadas no salimos |
El asunto no tiene ninguna importancia, aunque fue una pequeña molestia en un viaje tan largo, especialmente porque Iberia nunca nos lo comunicó. Ni al sacar los billetes, ni después, casi de casualidad nos llegó. Lo peor es que te obligan a bajar del avión con todo el equipaje de mano y tienes que volver a pasar los controles de seguridad, escanear el equipaje, etcétera, lo mismo que habíamos hecho un rato antes en Ciudad de Guatemala. Y tirar líquidos y agua si los llevas, lo cual en un aeropuerto no es ninguna broma.
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Bienvenidos a una parada sorpresa |
Aparte de esta mínima incidencia, que olvidas una vez termina, volvíamos contentos, el viaje se había desarrollado sin problema alguno, ni de seguridad, ni de salud ni de ningún tipo. Y no es poca cosa.
Lo cierto es que una vez en Madrid también tuvimos otra incidencia relacionada con aviones. Nuestro viaje en total duraba casi 24 horas, doce del vuelo transoceánico, varias horas de espera en Barajas y otra hora más en el vuelo doméstico a Vigo. Sin embargo, llegada la hora de embarcar el proceso se retrasó. No daban explicaciones pero el pasaje finalmente se enteró de que una tarántula había picado al piloto del avión, y que se había procedido a desinfectar el aparato. No fue exactamente así, de acuerdo con informaciones de días posteriores, pero hubo retraso y desinfección. Resultado, tres horas de espera a mayores y más cansancio para personas que volvíamos de tan lejos. Pero llegamos y el piloto salió finalmente indemne.
Baño disponible por cinco quetzales (65 céntimos de euro) |
Volviendo a nuestra estancia en Guatemala y Costa Rica, para un viajero que se pasa el día en la calle, las necesidades fisiológicas se convierten en un incordio si no encuentra donde llevarlas a cabo. Bien es cierto que en los sitios cálidos se reduce la frecuencia, pero aún así las hay. La sorpresa en Guatemala (también en Costa Rica, pero no tanto) es que abundaba la oferta de baños públicos previo módico pago, lo que era un alivio. Y en la mayor parte de los casos, en aceptable estado.
Muy barato, casi regalado, unos céntimos, sobre todo si no se demandaba papel |
A veces la oferta era sumamente barata, y se establecían rangos, según te facilitaran papel higiénico o no.
Tortillería en la que sirven desayunos, comidas y cenas |
Un tema que nos intrigó varios días en Guatemala eran los carteles de sitios de comidas que añadían la coletilla de los tres tiempos, que no sabíamos que significaba. Finalmente, en Chichicastenango, nuestro conductor nos lo aclaró: quiere decir que en este establecimiento se dan desayunos, comidas y cenas, todas las comidas. Curioso.
El Mercado Central de Ciudad de Guatemala está muy preocupado por la salud |
Varios guías en distintos lugares se extendieron sobre las propiedades curativas de determinadas plantas y arbustos existentes en selvas y bosques. Su afición por la medicina natural proviene en su mayoría de la cultura indígena, algo que habíamos visto antes en Sri Lanka o en Colombia. Y en algunos mercados se ofrecían remedios naturales para casi todo, casi un centro de salud encubierto.
El café es un producto de uso habitual en ambos países, y en Antigua visitamos la finca La Azotea, una veterana explotación cafetera. Su interesante museo del café exhibía un cartel pidiendo cuidar el planeta con un argumento rebuscado.
Los frijoles para complementar |
En este mismo lugar supimos que mientras las plantas de café no producen, se siembran frijoles a su alrededor para ir obteniendo ingresos.
Siguiendo con los restaurantes, a veces las denominaciones nos chocaban.
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Una oficina que sirve para negocios dispares |
En Chichicastenango aprendimos muchas cosas, lo de las tres comidas y también que no hay que poner límites a la hora de compatibilizar negocios en un mismo local. Nada impide que los asistentes a un funeral se corten el pelo o la barba aprovechando la ocasión. Hubo quien tomó nota.
Nos llamó la atención esta infrecuente oferta de corte de pelo gratis si se acepta servir de modelo. Posiblemente quede a arbitrio de la barbería elegir entre los voluntarios.
Cementerio de Santiago de la Laguna
En Guatemala vimos cementerios muy diferentes de los nuestros, por su colorido, diseño y los mensajes en las lápidas que incluyen la fotografía del difunto.
Especialmente en Antigua, estos carteles poblaban muchas fachadas y esquinas. De entrada no lo entendíamos.
En el hotel nos aclararon que buscaban evitar estafas, de personas que podían hacerse pasar por sus propietarios. Obviamente, eso también generaría problemas a los verdaderos dueños.
Atrio de la catedral de Ciudad de Guatemala |
En la catedral metropolitana no quieren que nadie pida dinero en su nombre, y por si acaso lo exponen en un cartel de buen tamaño.
Y en el Mercado Central de esta misma ciudad eran absolutamente directos con una mujer a la que identificaban como delincuente.
Y para dificultades judiciales de personas con escasos posibles, la justicia gratuita, que allí se denomina bufete popular. Igualmente, tuvimos que indagar lo que significaba.
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Advertencia para quien aparque mal en San Juan de la Laguna |
De esos carteles que no olvidas. El propietario de un terreno harto de estacionamientos no autorizados, dejó claro que no iba a seguir tolerándolo.
Sobre el terreno comprobamos que los países de Centroamérica han buscado un sistema para unificar sus matrículas
Vehículo en Flores que no estaba muy limpio, ¿o sí? |
Y como final de la sección automovilística, este mensaje que cada uno puede elegir como interpretar.
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Tienda étnica para mascotas en San Juan de la Laguna |
Aviso para proteger a la fauna |
En Costa Rica detectamos especial preocupación por la fauna. En una ocasión nuestro vehículo frenó de golpe y el motivo era una iguana muy tranquila que estaba cruzando la carretera. Y lo consiguió.
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Reserva natural de Atitlán, premio al recinto ambientalista |
A veces las preocupaciones medioambientales colocan en una difícil situación al visitante. En la reserva natural Atitlán, al acudir al baño forzosamente se leía el cartel colocado sobre los urinarios. Y en ese instante eras consciente de que ibas a contribuir al vertido diario, casi te sentías mal.
A veces los mensajes eran más planos, un poco hierbas quizás. pero positivos y en absoluto intrascendentes.
Lo mismo que este cartel guatemalteco instando a sus jóvenes a estudiar en lugar de emigrar de manera irregular. La fecha en la que viajamos, coincidente con la toma de posesión de Trump, no podía ser más adecuada para esta reflexión.
Otras veces sorprendía el tono pretendidamente apocalíptico de algunos mensajes, como este de una tienda de ropa religiosa en la capital guatemalteca, que no sabemos si animaba a comprar o a lo contrario, pues llegado el final da igual lo que lleves puesto.
De la multitud de iglesias cristianas que existen en ambos países hemos escogido estos dos ejemplos. En el de arriba se hace un llamamiento interesado, para que la gente se tome en serio su vida espiritual. Si no por convencimiento, si por interés.
Y en este otro se anuncia la compra de una parcela, imaginamos que para un templo. A la vista no estaba la hucha petitoria para recaudar los fondos necesarios. Imaginamos que muy lejos no andaría.
Al bajar del Cerro de la Cruz, que domina Antigua, en la pared de una pequeña zona verde se limitaban las actividades que allí podían llevarse a cabo, modificadas por algún vecino que prefería concretar al máximo.
Y ya al final de esta colección de curiosidades, dos muestras bien atractivas de grafitis en Guatemala. El de arriba lo fotografiamos en el mercado cubierto de Chichicastenango, donde había varios más.
Este otro, pastoril pero un tanto entrañable, en San Juan, una de las poblaciones del lago Atitlán.
Y antes de terminar, tres detalles llamativos: una máscara chapina, aunque utilizada para embellecer un poste.
Uno de los típicos carritos de helados que se anuncian con música, muy agradables para los niños y bastante menos para sus padres.
Y también un mono perezoso costarricense colgado de un árbol, donde hacen su vida ya que nos contaron que solo suelen bajar una vez a la semana. Al parecer, los pobres tienen una digestión complicada y para sobrellevarla necesitan descansar casi permanentemente.
Una anciana vestida con la ropa típica de las indígenas guatemaltecas y cargada con un hatillo en la cabeza. Se ven en abundancia en Guatemala una vez que se sale de las grandes ciudades.
Y el precolofón, un detalle que suele olvidarse cuando se visita, Costa Rica es uno de los pocos países del mundo que carece de fuerzas armadas, situación en la que lleva más de 75 años.
La esposa del presidente con su departamento de obras sociales
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